Skip to content

Una sociedad vulnerable es el imán para el crimen organizado.

Por Gonzalo Cornejo /CEO Insight Security Chile

Queda claro: el Crimen Organizado en Chile corrompió algunas instituciones. Su etapa de intimidación llegó con fuerza: fracturó la credibilidad, y esto les da a ellos más poder.

El homicidio de los tres venezolanos, al parecer, testigos protegidos del Ministerio Público nos dejan dos reflexiones preocupantes. La primera y quizás la más peligrosa: el Crimen Organizado efectivamente permeó la institución, consiguió los nombres (que estaban bajo reserva) y los mató por ir en su contra. El mensaje: “mi poder va en aumento”.

La segunda: no necesariamente habrían corrompido a algún trabajador del Ministerio Público, porque podían conseguir el rastro de estos enemigos a muerte a través de Mercado Público, porque todo trámite que hace la Fiscalía relacionado a estos menesteres (arriendo de inmuebles para testigos protegidos), debe pasar por allí. No es menor esta segunda reflexión, y no lo es porque da cuenta de que nuestra estructura raya en la inocencia. Prefiero ocupar el término “inocente” y no “débil”.

Éramos, y creo que todavía lo somos un poco, una sociedad inocente: no sabíamos de homicidios recurrentes, no entendíamos de secuestros (concebidos bajo el concepto de la Real Academia Española), tampoco conocíamos la extorsión y un sicariato era un escándalo. Que te apuntaran con un arma de fuego para robarte un celular era impensable, y la frecuencia de las encerronas en alguna autopista ya era de película de acción. Por ello, no necesitábamos algunas leyes, ni policías especializados en ciertos delitos y tampoco secretos sumariales en algunos trámites.

Claro que ocurrían delitos, tampoco voy a romantizar nuestro pasado. Sin embargo, sentíamos que vivíamos y era poco el temor. Hoy, todos tenemos miedo, y debemos tenerlo, porque con esta nueva delincuencia –tan violenta, planificada y avasallante– todos somos víctimas potenciales. ¡Todos!

La inocencia nos está costando caro, no solo porque fue el imán que sedujo al Crimen Organizado para que abriera una franquicia acá, sino que nos hace tener la convicción de que todavía hay tiempo de revertirlo. Quizás lo hay, pero, para hacerlo no se puede negar, ni ocultar el problema. Hay que denunciarlo, atacarlo y erradicarlo.

Por otro lado, pudiéramos ver esta candidez como una fortaleza. ¿Por qué?, porque será justamente esa característica la que no nos va a permitir acostumbrarnos a esta nueva realidad, no la vamos a normalizar. Y, si no la normalizamos estamos aportando un primer grano de arena –de muchos que se necesitan– para ponérsela difícil al Crimen Organizado.

Explora más sobre esta noticia en el siguiente artículo del Bío Bío Chile

https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/chile/2024/07/03/todo-lo-que-se-sabe-del-asesinato-de-los-supuestos-testigos-protegidos-en-chile.shtml